jueves, 7 de abril de 2011

Busquen el bien y no el mal... Amós 5:14


¿A cuántos le han dicho alguna vez en su vida "estás buscando lo que no se te ha perdido¨? Yo recuerdo en innumerables ocasiones, siempre que alguna acción o frase dicha retara la autoridad, esa era la respuesta recibida. 

Muchas veces en la vida es necesario retar las injusticias y hasta tomarse el riesgo de ¨buscar lo que no se nos ha perdido¨ porque tenemos un alto sentido de justicia, de servicio a la humanidad, y de querer vivir en un mundo mejor. Muchas veces hablamos y ¨buscamos lo que no se nos ha perdido¨ para darle voz a quienes no tienen voz, para abogar por quienes no pueden, porque si lo hacen no serán escuchad@s o arriesgan demasiado. 

Esa es mi filosofía de vida. Yo reto el odio, la discriminación racial, la homofobia y el sexismo. Yo denuncio la violencia como un mal que no tiene justificación. Rechazo la discriminación por razones de religión y creencias y lo seguiré haciendo partiendo desde mi propia experiencia como mujer de fe profunda en un Dios, que no es ni hombre ni mujer, un Dios que es amor infinito, que es compasión infinita, que es justicia infinita y cuyas representaciones de ¨castigador¨, ¨fuego consumidor¨ y ¨Padre que disciplina¨ son transferencias de la mente humana de quienes inventaron dichas características. 

En muchas ocasiones meto la cuchara en asuntos de injusticia social porque creo que muchos prejuicios sociales son construcciones o ¨normas y reglas¨ erradas, discriminatorias y sin sentido, que separan a unas personas de otras por X o Y razón. 

La búsqueda en la que quisiera reflexionar hoy viene siendo una mezcla entre la búsqueda de la justicia social con nuestras acciones y palabras y la búsqueda de cosas que nos hacen un bien integral como seres humanos con un ESPIRITU, una ALMA y un CUERPO. Todo debe estar entrelazado sin descuidar ninguno de sus componentes sabiendo que todo tiene reflejo en lo completo, en lo integral, en lo ¨holístico¨. 

Para poder tener salud integral debemos tener prácticas de bien o sea, pensamientos positivos que nutran las realidades de nuestra vida. Anoche escuché la frase: ¨hay gente con mala suerte que lo que atraen a su vida es más mala suerte, catástrofes y fatalidades¨. Inmediatamente mi mente recordó algo que leí en el libro Anatomy of the Spirit por Caroline Myss, Ph.D. donde ella describe lo que ella llamó ¨Nuestra biografía se convierte en nuestra biología¨. Suena como un concepto radical, ¿verdad? Pues bien, Myss describe que cada pensamiento que tenemos  viaja a través de nuestro sistema biológico, o sea, nuestro cuerpo y activa respuestas fisiológicas. Según ella nuestros pensamientos son como cargas de energía que causan reacciones en nuestro cuerpo. Por ejemplo, un miedo (en nuestra mente), activa el sistema de nuestro cuerpo y podemos sentir tensión en el estómago, nuestro corazón palpita más rápido, podríamos hasta sudar en exceso. De otro lado, un pensamiento de amor puede relajar nuestro cuerpo completo. 

Esta idea radical de que la biografía se convierte en biología sugiere que somos partícipes hasta cierto grado en la creación de nuestras propias enfermedades.  Esto no implica que debemos ahora caernos encima culpándonos por todo lo que nos pasa. Lo que sí sugiere es que tomemos un vistazo a nuestros patrones de conducta, nuestros pensamientos y nuestras palabras porque las mismas se convierten en profecías cumplidas. 

¿A dónde vamos con todo esto? El poder es esencial para nuestra salud. El poder de la palabra tiene efectos directos en nuestra realidad diaria. Nuestras actitudes y pensamientos ejercen un poder enorme en la salud de nuestro cuerpo y nuestra mente. Debe haber una relación directa entre nuestra mente, nuestras acciones, nuestras creencias y nuestras palabras, porque TODO se entrelaza y todo tiene afecta cada aspecto que nos hace seres integrales. 

NO se puede descuidar ningún aspecto o componente de nuestra vida. No podemos decir que creemos en la justicia si no nos hacemos justicia a nosotr@s mism@s. Tampoco podemos cuidarnos y hacernos justicia sólo a nosotr@s mism@s y olvidar que somos parte de una sociedad. Busquemos el bien y no el mal, y viviremos. No invirtamos nuestro en chismes. No nos mantengamos abrigando rencores y resentimientos porque la energía que generan en nuestros cuerpos nos afectará tarde que temprano. No descuidemos nuestros pensamientos... porque pensamientos negativos pueden volar a alturas donde no hay oxígeno para nuestra salud mental. Sustituyamos cada palabra negativa y cada pensamiento negativo por   positivos y declaremos salud, balance, bienestar, armonía y paz en nuestro interior, en nuestra casa y en nuestra sociedad. 

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